miércoles, 27 de diciembre de 2017

¡Felicidades!

My tears dry on their own. 

Tengo menos ganas de cumplir los 18 que de empezar a estudiar los parciales de enero. Me siento como cuando descubrí que Papá Noel no existía, o como cuando me dijeron que habían subido las notas de corte.
Siento una desilusión muy grande. Ojalá pudiera ser como los chavales normales que en sus 18 piden algo y están deseando que llegue ese día. Nadie me va a traer a mi hermana aplaudiéndome el día de mi graduación, tampoco a mi tía para decirme que estudie más en Selectividad y tampoco la cura del cáncer.
Creo que cumplí los 18 cuando me di cuenta de que los muertos no revivían. Quiero cerrar los ojos y levantarme el 8 de enero. Y que todo haya pasado, y no me sienta mal por no querer celebrar mi cumpleaños, y no haya tenido que fingir que estoy súper contenta y no haya tenido que soplar unas velas pidiendo un deseo que no se va a cumplir.
Llevo desde los quince años soñando con el 3 de enero del 2018 y ahora que estoy a una semana justa, quiero alargarla todo lo posible.
Me acuerdo que la primera vez que desee cumplir los 18 fue el día en el que le pedí a mi madre irme al pueblo de mi ex novio (que está en Segovia, como el mío; no en Chile) y no me dejó. Además fue un no rotundo, de esos que no te hacen volver a formular la pregunta y suplicar.
Así que desde ese momento quería cumplir la mayoría de edad solo para irme de viaje con él. Pero como ya se sabe en este blog, ese viaje no se va a realizar. Y creo que de todas las espinas que tengo clavadas esa es una de las que más me duelen.
No quiero cumplir los 18 y darme cuenta de todo lo que me prometieron que harían y no van a hacer.
Personas, eso es lo único que me falta y es lo único que no me van a regalar.
Feliz no cumpleaños, Ana. 

lunes, 11 de diciembre de 2017

Le sel de la Terre.

"I got this feeling on the summer day when you were gone
I crashed my car into the bridge, I watched, I let it burn
I threw your shit into a bag and pushed it down the stairs
I don't care, I love it, I don't care" -Icona Pop. 

El cerebro adolescente. 


Leyendo un artículo que necesito presentar para Piscología, me he dado cuenta de lo maravillosa que es la adolescencia. Esa etapa que va desde los 12 hasta los 20 aproximadamente. Donde no es que no sepamos los riesgos de nuestros actos sino que le damos más importancia al placer, y qué importante es eso a veces. Por eso para nuestros padres es tan difícil y solo ven irresponsabilidad e inmadurez. Todo esto tiene una explicación psicobiológica que no me voy a poner a explicar, pero sepan que la hay. 


Nos movemos muchas veces por impulsos, pero qué impulsos más divertidos y graciosos. A veces vivimos en una angustia vital de la que no sabemos salir y no nos damos cuenta de que solo necesitamos darnos un poco tiempo. Somos impacientes, no nos gusta esperar en ningún ámbito (ni en la cola del McDonald's ni a tu mejor amiga cuando se está retocando el pintalabios). Cambiamos de novix más que de ropa interior (algunxs) y  nos encanta que nos digan "te quiero" aunque no sea verdad, que nos abracen después de. Nos hacemos los duros ante cualquier sentimiento que nos haga sentir vulnerables porque se ha puesto de moda y en eso se basan la mayoría de adolescentes, en seguir modas. Rompemos corazones como si de vasos cristal se tratasen, y luego son los cachitos de cristal de ese vaso los que nos salpican con fuerza. Hacemos mil cuatrocientas setenta y tres cosas mal en una semana así que no estamos como para no valorar las que hacemos bien. Tenemos miedos que nos bloquean y no tenemos ni idea de cómo deshacernos de ellos. Pero lo intentamos con todas nuestras fuerzas. Mentimos a los mayores para que no nos regañen y nos mentimos a nosotros mismos para sentirnos mejor. Pero no pasa nada, yo creo que en el fondo todos sabemos la verdad. Ni tú eres tan pasodetodo ni yo soy tan buena persona, don't worry. Damos mucho valor a cosas que realmente no son nada, porque al final lo único que no se vende son la familia y los amigos. Y me da igual tu coche nuevo, tus vacaciones en las Maldivas o si ya tienes el iPhone X. Nos gusta gastar porque todavía no sabemos (la mayoría) lo que cuesta el dinero. Búscate a alguien con quien compartir tu vida y no te sientas solx si no es lo que quieres. Alguien que te acaricie el pelo antes de dormir o un amigo que te llame a las 4 am para decirte lo guapx que eres, que te acompañe a un festival de música o te lleve a un museo. Nos gusta provocar situaciones incómodas y que el corazón se nos acelere cuando vemos a nuestro ex con otrx. Pensar, darle vueltas y remover Roma con Santiago para sacar conclusiones no acertadas. También pisar el acelerador sin carné de conducir y sentir el peligro.


Disfruta de esta etapa si la estás viviendo. Haz que sea digna de contar a tus hijos, sobrinos o incluso hijos de amigos. Y aunque a veces nos puteen por todas partes, somos puching balls, y estamos acostumbrados. Nos criticamos entre nosotros porque no todos pecamos de la misma manera, pero pecar, lo que se dice pecar, pecamos todos de alguna forma u otra. La mayoría de edad es un cuento de hadas que se destruye cuando llegas a los 18. Yo, personalmente, voy a hacer lo mismo que hacía siendo menor, pero con mi DNI verdadero. 

Deberíamos intentar con todas nuestras fuerzas terminar el año tal y como queremos, y no porque quede bonito como en la película "Love Actually". Sino porque no es lo mismo decir que son de este año, que decir que son del año pasado. A veces no jugamos con las palabras, las palabras juegan con nosotros. 

sábado, 25 de noviembre de 2017

Sí, 25N.

Sí, me gusta llevar las faldas muy cortas y los pantalones ajustados, escotes hasta el ombligo y camisetas cortas. No tengo un cuerpo de modelo, pero me gusto a mí misma. Todos los derechos sobre mi cuerpo son míos, MÍOS. 

Sí, me quito todos y cada uno de los pelos que no me gustan sobre mi piel. Me maquillo y me cuido hasta puntos extremos. Y no por ello soy menos feminista. Tampoco me considero esclava del patriarcado. Me siento oprimida por el machismo cada vez que veo estadísticas sobre los sueldos femeninos y los masculinos, por ejemplo. 


Sí, me encanta salir por la noche y volver a las tantas. Cuando salgo de fiesta me encanta bailar, de forma estúpida y también sensual. Siempre preferiré el reggaetón antes que el techno. Perreo, y no porque quiera ponértela dura (que igual también), pero lo hago porque me gusta, porque me gusta A MÍ.  


Sí, yo soy de las que grito por la calle a los tíos que están buenos y además sin ningún reparo. Tampoco me molesta que me griten piropos por la calle, yo siempre contesto y siempre de buen rollito. A mí no me parece una falta de respeto.
Repito, A MÍ.

No todas tenemos por qué pensar igual, lo que yo diga o haga me hace referencia a mí. No generalicéis, lo que me gusta a mí puede que mi amiga lo deteste. Y eso pasa con todo, no todas las mujeres somos así y no  por ello son mejores, tampoco peores. Son mujeres, porque al fin y al cabo es lo que somos todas. E independientemente de nuestras ideologías, creencias, gustos o aficiones, debes respetarnos. 

Pero tampoco sé qué es lo que espero de un país en el que hace 1 año y cuatro meses violaron a una mujer entre 5 hombres y esos 5 hombres aún no están pudriéndose en la cárcel. Donde hay 44 mujeres muertas por violencia de género en lo que va de año. Donde creen al hombre antes que a la mujer, aunque te estés jugando a tus dos hijos, es decir, tu vida. Donde no hacemos nada por mujeres de otros países como China, La India, Marruecos... Un país en el que insultamos a la piba que está ahora con nuestro ex, porque cómo va a ser culpa de él, nono, es culpa de ella por ser una zorra. En una lucha de mujeres estamos perdiendo el tiempo insultándonos unas a otras.

Día contra la violencia de género.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Unidad de cuidados paliativos.

Planta 5. 

Érase una vez una niña de 17 años que tenía miedo a los hospitales. Le daba verdadero pánico. 

La primera vez que entró ni si quiera sabía lo que era la Unidad de Cuidados Paliativos, no tenía ni la más remota idea de lo que aquello significaba. Iba allí una vez a la semana, o incluso menos. 
Cuando iba contaba hasta tres y abría la puerta, ponía la mejor cara que podía y vacilaba a su hermana con cualquier cosa, siempre con un tono de voz normal o incluso alegre. Su hermana le contaba lo que había hecho ese día, siempre con una sonrisa, como si realmente no estuviese en un hospital. Hasta que un día dejó de mirarla y sonreírla.Y de escucharla. Y de tocarla. Y de decirla dónde se iban a ir de viaje cuando saliese de aquella cama.
A partir de ese momento la niña solo iba para tumbarse a su lado y abrazarla hasta que papá o mamá le dijesen que tenía que volver a casa. 
Y ella nunca se despidió como si fuese la última vez.

Esa niña se convenció a sí misma de que no volvería a pisar un hospital, y menos la planta de paliativos. Que ya había quitado un plato de la mesa y no volvería a quitar uno hasta dentro de muchos años. Pero eso no ha sido así. 

Dos años y cinco meses más tarde vuelve a pisar el Hospital General de la Paz. Vuelve a cruzar el túnel que cruza bajo tierra la carretera y cuando sale está a treinta pasos de la entrada. Y no sabe qué hacer. Entra como si no tuviese miedo porque está rodeada de sus padres, pero por dentro se derrite, solo el olor le pone triste. Se sube al ascensor nº 53, es de los pequeños. Y su padre pulsa el nº 5. Esta vez sí sabe lo que se va a encontrar. Desde aquel ascensor al pasillo al que tiene que ir hay un minuto de silencio y nudos en la garganta. Y cuando por fin está delante del pasillo al que tiene que entrar llora. Llora como un bebé recién nacido. Su madre le abraza, y su tío, y su primo. Su padre entra, su hermana se está muriendo.

La niña deja de llorar, se para en la puerta y tras varios minutos mirando, entra. Entra con las piernas temblando. Ella no quiere entrar pero algo en su cabeza le obliga a moverse hacia delante. Pregunta el nº de habitación. La busca y abre la puerta. Y cuando entra pierde la cabeza. Esta vez no ha sido como antes, no ha podido poner un tono de voz normal, mucho menos alegre. Se acerca a su tía y llora, sale de la habitación y llora. No articula palabra.

Hasta que se tranquiliza y vuelve a entrar para decirle a su tía lo mucho que la admira. Que en 4º de la ESO escribió un relato basado en ella y que tuvo un 10. Que siempre le decía a sus padres que si algún día les pasaba algo quería vivir con ella. Que tiene a su sobrina favorita de la mano y no se piensa mover de ahí. Porque para ella ha sido su segunda madre, tía, y psicóloga. Y no quiere que se vaya. No quiere que otra persona más se pierda el día de su graduación, ni el día que termine selectividad. No quiere que su tía no la llame el 3 de enero para felicitarla su 18 cumpleaños. No quiere que dentro de un tiempo no conozca al novio de su sobrina. No quiere que su padre cuide solo a su abuela, no quiere que su abuela pierda a un hija y tampoco quiere que su padre pierda a una hermana. 

Pero se ha dado cuenta de que las cosas no siempre son como queremos, de que hay cánceres que no tienen cura y que la metástasis la está matando de la misma forma en que mató a su hermana. 
Y ahora la niña solo tiene que estudiar, pero no quiere, no puede. Porque se está jugando el primer trimestre y a la vez, la culpa de no haber pasado con ella el tiempo que la quedaba. Y esa culpa ya la ha experimentado.

Mi tía murió dos días más tarde de yo escribir esto. El 13 de Noviembre de 2017.

Cuando todavía nos hablábamos, David me escribió: "Ana claro que eres de carne y hueso, y tienes los sentimientos a flor de piel y eres muy sensible. No pasa nada porque un día te vea llorar, o ponerte más triste". De esto hace ya mucho tiempo y aún así no se me olvidará nunca. 

jueves, 19 de octubre de 2017

Stubborn love.

Inside Out. 

Después de haber visto tantísimas películas romántico-dramáticas en Netflix, después de ver como dejaban a mis amigas sin razón alguna; Yo, un saco de hormonas, me había hecho a la idea de que cuando te rompían el corazón te convertías al instante en la mayor hija de puta en este tema. Que había un mini tú que empujaba una palanquita donde los sentimientos se apagaban, algo así como en la película de Inside Out. Y te transformabas en ese amigo que todos tenemos que liga hasta cuando vais a comprar comida al Mercadona, ese que tiene mensajes directos cada 30 segundos, ese al que no le importan una mierda los sentimientos de nadie y ha probado más camas que tus padres cuando estaban decidiendo qué cama de matrimonio poner en el dormitorio de su primera casa.

A mí esa fase me duró lo que tardé en darme cuenta de que podía coger una mononucleósis infecciosa para nada. Y que por muy insensible que yo fuese, siempre había otro peor que yo. 
Durante un tiempo me creí la frase de "un clavo no saca a otro clavo, pero doscientos clavos a lo mejor" - Natos y Waor (expertos en el amor, y en beber ron en vasos del McDonald's), y ni doscientos, ni cinco mil setecientos cuarenta y dos.
Tendemos a pensar que la gente se puede reemplazar/sustituir y eso es mentira. Nunca dos personas podrán ser iguales y nunca tú sentirás lo mismo con cada una, así que nunca intentes buscar en una persona lo que encontraste en otra. Nunca habrá una última vez, pero nunca será como la primera. Nunca quise pasar página pero me di cuenta de que si no pasaba no me quedaba espacio para seguir escribiendo y creo que todavía me quedan muchas cosas que contar. 

Hoy escribo porque me duele un dolor que no es mío. Un dolor que se huele en las personas que lo llevan y es una mezcla de decepción y tristeza, nostalgia y melancolía. Desde que empecé todo esto de la escritura mi único objetivo era ayudarme a mí. Era sentirme bien conmigo misma y respirar hondo. También convertir en palabras los sentimientos y emociones para así poder comprenderlas y comprenderme. Saber hasta qué punto somos capaces de escribir lo que sentimos es algo maravilloso. Pero leer en otrxs lo que nosotrxs sentimos es aún mejor, identificarse con otras personas nos alivia porque no nos gusta la soledad en ninguno de los ámbitos. 


Querida X, no te digo que sea pronto, ni tarde, tómate el tiempo que te de la real gana. Comete errores porque solo así se aprende. Piensa que no te vas a volver a enamorar porque te han aplastado la moral y sigue pensándolo hasta que te des cuenta de que no es así, pero hasta que te des cuenta tú sola. Reflexiona todo lo que quieras con la almohada y coméntale que te sientes como una mierda porque te han engañado con una sonrisa y eso duele como si de verdad te pegaran un guantazo. Cuélgate de los brazos de otros como si fuesen columpios pero nunca cuerdas, porque las cuerdas solo sirven como soga. 
Y dirás que para mí es más fácil porque ese hueco que yo tenía (y tengo) se ha rellenado, pero es que eso no es así. Cada persona nos llena de alguna forma y cuando se va deja un hueco y solo nosotrxs mismxs somos capaces de rellenarlo. Puede que te ayuden pero nunca nadie va a rellenar un hueco que no es suyo.
Quiérete tía, quiérete y cúrate tú sola. Porque puedes.


martes, 3 de octubre de 2017

Querida Esther II.

Ahora, que empiezo de cero
el tiempo es humo,
el tiempo es incierto.
Ahora que ya no me creo
que la vida será un sueño.
-Jarabe de Palo

Ya sabes que de vez en cuando me gusta escribirte.
Te reirías si supieses que me he teñido el pelo de ese rojo que tanto odiaba hace cuatro años y que voy a tatuarme la inicial de tu nombre al revés, es un símbolo matemático que no voy a explicarte porque no me vas a entender. Y a ti siempre te ponía muy nerviosa no entender las cosas que yo estudiaba. 
Te dolería saber el caos que se respira en Cataluña. Quieren la independencia, como tú cuando te enfadabas conmigo por quitarte la ropa. Decías que te ibas a ir de casa para que no te quitase nada, y ojalá Cataluña fuese tan buena y legal como lo eras tú, y ojalá el gobierno español no estuviese siendo igual de malo y estúpido que yo con 8 años. Nos prometimos que volveríamos a Barcelona algún día, quizás por eso le tengo tanto cariño a esa ciudad y me está partiendo el corazón este Referéndum.

Van diciendo por ahí que tu hermana pequeña está loca. Pero quién no lo estaría en mi lugar. Me he dado cuenta de que soy lo que criticaba hace dos años justos. Que me están llamando loca desde la posición desde la cual yo llamaba locas a otras. Al final pruebas tu propia medicina tarde o temprano. Me hace gracia, cuando me lo dijeron me recordó tanto a mi yo enamorada que la sonrisa fue involuntaria. En fin, que el amor nunca se acabe y que si acaba, que acabe bien.  

Dentro de tres meses exactos cumplo 18 y no sé si quiero que llegue este año, no sé si quiero acordarme de todo lo que dije que haría contigo en mis 18 y que ya no voy a poder hacer. Si de algo me siento culpable es de haber dejado todo para después, de no haberte tenido como preferencia;  espero que algún día me perdones. Con quince años tampoco pensaba que te ibas a ir, no tan pronto. Por eso desde el 24 de junio del 2015 no hago ninguna promesa, ninguna que requiera tiempo. Porque si algo he aprendido es que el ahora es lo único que tenemos.

Y aunque no haya podido cumplir todas mis promesas y me pesen como una tonelada de arena en la espalda, quiero que sepas que de alguna forma u otra te recompensaré en un futuro. Que te voy a deber todo mi éxito y voy a hacer que te sientas tan orgullosa de mi como yo lo estuve de ti. Tú nunca me dejabas abandonar, ni si quiera cuando jugábamos a la Wii. 

Ojalá pudiese volver a verte una vez más, solo una.  
Los seres humanos somos tremendamente inconscientes y estúpidos, me hizo falta perderte para siempre para darme cuenta de que eras lo mejor que tenía. Y eso dudo que algún día me lo perdone. No hay nada que me dé más envidia que la gente con hermanos, algo tan simple y normal como eso, nada material me produce tal envidia (sana). Y eso demuestra que me queda una vida entera para echarte de menos y hacer que nadie se olvide de ti, de nosotras. Cuídate que yo me cuidaré.

martes, 19 de septiembre de 2017

The Good Wife.

"No dejes que muera el Sol
sin que hayan muerto tus rencores" 
- Gandhi-

Al final la vida te enseña a bailar bajo la lluvia, a hacer abdominales y a dormir sin meterte en la cama cuando tus cojines huelen a otra persona. A agarrarte a otras cuerdas flojas y a enviar mensajes que ya habías enviado. 
No sé si de verdad esta vez será la última o si será la vencida. Porque ni es la tercera, ni la primera última. Pero lo que tengo muy claro es que hoy vengo con mi mejor intención. Ha llegado un punto en el que los golpes me estaban rebotando en la conciencia, un punto lleno de ojalás y de cosas que desearía que hubiesen sido más sencillas.
Reconozco que me esforcé demasiado en describir y plasmar todo mi dolor de una manera poco sutil. Reconozco también que me tomé las cosas demasiado mal. Que me porté mal y escribí aún peor. Reconozco que mi orgullo construyó el muro que nos separa a día de hoy. Y no sabes cuánta pena me produce tenerte miedo. Reconozco que la cagué, pero a ti te dio tan igual que nunca me esforcé en pedirte perdón. 
Supongo que fue como una rabieta de esas que les entran a las niñxs en los supermercados; a algunxs les duran 10 minutos y a otrxs nos duran 6 meses. Pero cuando por fin dejas de culparte y culparle, entonces te das cuenta de las gilipolleces que somos capaces de hacer. Ni Quentin Tarantino se atrevería a dirigir una película cuya guionista fuera mi yo de hace cuatro o cinco meses. 
Las cosas se superan cuando se asumen.
Parece fácil asumir la realidad cuando la ves desde fuera. Pero cuando estás sumergida en ella y no es bonita, ni te apetece ni quieres verla.
Y un día te levantas y te das cuenta de lo tonta que has sido, te sientas en un tren dirección Sol (Madrid) y decides recorrerte todos los sitios a los que solías ir con tu ex solo para hacerte ver que siguen igual de bonitos. Aunque ahora vayas sola y sea Septiembre. Y mientras caminas desde aquel restaurante de Chueca hasta Cibeles, piensas en todas las cosas tan sumamente buenas que te ha dado y lo mal que habéis terminado por nada. Esto no es lo que merecíamos. Hiciste tantas cosas por mi que por una mal te castigué todo lo que mi cabeza me permitió.
Quiero perdonarte y perdonarme, perdonarnos. Por todo lo que nos hemos hecho. Por todo lo que me acuerdo de ti en clase de Psicología y de la cantidad de datos poco relevantes de los que me acuerdo de tu carrera que me están ayudando a ganarme la asignatura.
No podía dejar que mi Blog terminase hablando de ti sobre cómo tenía planeado rajarte las ruedas del Ford Fiesta, obvio que no. Así que espero que algún día leas esto, y nos perdones. No te pido que me vuelvas a dirigir la palabra, pero perdónanos. 

Estoy intentando arreglar todo aquello que rompí
para volver a construirme
con otra persona
y sin restos de dolor bajo la piel.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Anónimo.

Oxígeno.

Lo poco que me corrompo,
por lo mucho que me exijo.
- SFDK

9 meses antes de la creación de este blog, tuve otro. Por motivos personales lo tuve que cerrar. Y 6 meses más tarde perdí el miedo a los demás a través de este blog. Perdí el miedo a los comentarios, las críticas y a las malas interpretaciones de mis palabras. Hablo y escribo alto y claro. Para que se me lea y escuche con facilidad. Si algo he aprendido mejor que nadie en mis diecisiete años de vida es que si quieres algo debes pedirlo con ganas. E insistir. 
Me hace gracia que uséis ciertas redes sociales que te permiten comentar en anónimo para decir lo que os da la gana a quien os da la gana. Desde mi punto de vista no sé quien es peor, si el que insulta o piropea en anónimo por cobardía o el que se crea una cuenta para recibirlos por.. ¿falta de autoestima? ¿Llamar la atención?
Pero bueno, que yo también tengo mi pasado oscuro. A finales de primaria el vicio al Ask.fm era real y lo mantuve unos años. Hasta que en la ESO el anonimato os dio el poder de meteros en mi relación anterior y proporcionarme datos que no me importaban una mierda y comentarios que nadie os había pedido. La ignorancia a veces es un privilegio. 
He hablado con muchísima gente sobre este blog, y más estos últimos meses. Casi todo el mundo después de leer ciertas entradas me pregunta que cómo me atrevo a publicar estos textos; creo que aquí no es un atreverse o no, no es cuestión de valentía, es más bien aprender a ser libre.
Y a vivir en libertad. 
Mi padre siempre me dice que tengo suerte de no haber nacido en la época de Franco, me cuenta cosas que me ponen la piel de gallina y segundos más tarde siento un inmenso placer de vivir en un país con libertad de expresión. Así que a día de hoy no tengo nada que me frene a la hora de escribir, quizás respeto, pero no hay nada que me impida escribir sobre amor, odio, envidia o tristeza.
Yo no entiendo la vergüenza. No entiendo por qué si alguien nos duele no podemos decirlo; me han destrozado y lo he gritado a los cuatro vientos, y no por ello soy más vulnerable que vosotrxs. Creo que mi vergüenza me la dejé en el escenario de mi pueblo la primera vez que me subí a bailar Purpurina con once años y totalmente sobria. Ahora con diecisiete creo que no es momento para avergonzarse de nada, mucho menos de callarme o pensar en quien no pensó en mí. Tampoco he mentido, esto no es ciencia ficción y aunque parezca una telenovela, está todo basado en hechos reales. 

Que quede claro, escribo por y para mi salud. 

miércoles, 30 de agosto de 2017

Fuegos artificiales.

Tómate una copa, digiere la derrota, tantas veces me pasó a mí.
Ríete de todo, córtate las venas, pero déjame vivir.
-Rulo y la Contrabanda-.

Vuelvo a pisar la ciudad en la que he vivido toda mi vida después de 2 meses durmiendo en camas ajenas.
Las despedidas se curan con reencuentros.
Con abrazos que gritan "te he echado de menos estos 2 meses" y con sonrisas que enseñan los 32 dientes que tenemos. Pero las despedidas siempre duelen. Duelen cuando sabes que son personas a las que ves durante un mes al año o a las que no vas a volver a ver en tu vida.

Después de un mes en Segovia de aquí pa' allá, como dice La Fuga, vuelvo con ganas de septiembre, estabilidad y nuevos proyectos.
Vivo enamorada de mis dos pueblos y de la historia de amor que se encierra en sus 3km de separación. Pero lo mejor no es tener pueblo sino recorrerse los de alrededor. Tengo anécdotas que no contaría nunca y otras que voy gritando a los cuatro vientos.
Hace relativamente poco supe lo que era estar al otro lado de la pared. Estar en el papel de la persona a la que todo el mundo echa la culpa sin tenerla. No tenéis autocontrol y mentís demasiado bien.
Es raro cómo sin darte cuenta se te cicatrizan las heridas, es todo cuestión de tiempo. Ya no me dueles como antes, quizás porque haces mejor pareja con ella y lo asumo al igual que asumo que me quedan muchos años para comprarme un bolso de Louis Vuitton.

Sin duda lo que más me ha dolido este verano ha sido el atentado en Barcelona y todo lo que ha supuesto en la sociedad. Amigos míos compartiendo publicaciones de Vox, gente fomentando el cierre de fronteras y el racismo. Yo flipo con vosotros, con la humanidad en general. Yo no sé cómo frenar el terrorismo ni cómo quitar el hambre del mundo, pero las batallas no se ganan desde fuera.

Si no he escrito hasta ahora no ha sido por falta de ganas sino por falta de tiempo, con eso os resumo el mes de agosto entero. Respirad verano ahora que podéis, se viene un año duro en todos los sentidos. Suerte con las recuperaciones, aunque en verdad a algunos prefiero no veros en clase el año que viene.

En fin, hay cosas que no van a cambiar nunca aunque el mundo gire o se destroce, yo voy a seguir bebiendo whisky cuando salga de fiesta, escuchando The Beatles cuando me sienta sola y seguiré flipando con los fuegos artificiales, me parecen una obra de arte increíble.

Guardar rencor a quien ya te ha olvidado es como devolverle el golpe
a un objeto con el que tropiezas, tú sufres dos veces el daño y él ninguna.
- Benjamín Prado.- 

lunes, 7 de agosto de 2017

We don't talk anymore.

"He decidido arrancarme la piel

te la mando por correo 

que sepas que,

están ahí los besos que me diste ayer.

Ya no te debo nada,

que te vaya bien."

-El Niño de la Hipoteca-


Siempre me ha gustado mucho hablar, conversar, debatir. Sobre cualquier cosa. Los 222 millones de Neymar en el PSG, la subida del IBEX35, el testimonio de Rajoy en el caso Gürtel o las sandalias nuevas de mis amigas. 

Nunca me callo nada y tengo poca vergüenza para decir las cosas que nadie se atreve a decir. 

Si me muerdo la lengua me enveneno, por eso nunca me muerdo la lengua. 

Supongo que madurar es ver a tu ex con la misma chica por la que te dejó hace cinco meses. En verdad estoy un poco hasta los huevos de ver sus fotos en instagram pero todos nos agarramos a la Primera Enmienda estadounidense, yo incluida. Aunque en realidad me gusta verlas, me recuerdan que hasta tú has podido pasar página.

Ojalá algún día me perdones por todo lo que escribo y que se va a quedar en internet hasta que publique un libro. Yo te prometo que aparecerás en los agradecimientos porque de no haberme puteado tanto yo no hubiese escrito tan bien sobre cosas tan malas.

Si no hubieses saltado tanto en la cuerda que suficientemente floja estaba ya, no se habría roto. Te llamaría de vez en cuando para decirte que me hace gracia la trencita que llevas o que me gusta tu pulsera amarilla, pero me odias y tengo que lidiar con ello. 

Me propuse el reto de no volver a darte protagonismo en este blog ya que siempre que lo hacía acababa borrando medio texto por el respeto que te tengo a pesar de todo. 

Pero durante esta semana estoy sola en el pueblo y tengo mucho silencio en casa. 

Me encanta tirar piedras y nunca escondo la mano. 

He tenido que esperar un tiempo para volver a ilusionarme con alguien porque hace unos meses toda mi ilusión se centraba en cómo rajarte las ruedas del coche sin levantar sospecha. Pero ahora que ya estoy rehabilitada, he decidido volver a echar de menos en verano y volver con ganas en Septiembre. 


Os mando cariño desde Segovia, y un poco de frío que sé que por mi ciudad se cuecen hevos por la calle.

martes, 25 de julio de 2017

A mí, me, conmigo.

Me quedan una hora y treinta y seis minutos para tener que salir por la puerta. 

Llevo exactamente 16 días sin hacer la cama, y duermo igual de bien. Y de esos 16 días por lo menos 12 he comido pasta. 

He metido una pierna en un sumidero de agua por torpe y llevo 10 días llorándole al mar. 

Cuando voy a hacer la compra tardo casi veinte minutos en elegir la fruta y me río mucho de mi misma. 


Vivo por y para mí y soy un millón y tres cuartos más feliz que antes. Me he dado cuenta de que la felicidad (en parte) se basa en dedicar tiempo a algo que te llena. 

Y si eso que te llena eres tú mismx, adelante. 

Yo soy la primera que no duda en quererse y mimarse. Me gusta cuidarme. Me gusta la independencia y sentirme autónoma porque de alguna manera me veo más libre. Me gusta que me cuiden. Que me acaricien la espalda y me respiren al oído. Me gusta cuidar a la gente que quiero y mimarles. 

En general nunca me ha costado decir te quiero siempre y cuando es de verdad.

Después de todo ya estoy casi curá de espanto, casi, sé que aún me queda mucho por ver. 

Si la vida nos enseñase a todos por igual llegados a cierta edad, el mundo iría mejor. Pero esto es tan impredecible como no tener ni puta idea de jugar al Fifa y echar una partida contra tu mejor amiga que sabe aún menos que tú. 

He visto tales aberraciones en esto del amor que vuestro amor me produce arcadas. No busques la felicidad dentro de la jaula. 

No me gusta el control sobre nadie, pero menos me gusta Dulceida y ahí sigue soltando virus por las redes sociales.

Camino de la mano del miedo que me dan los hospitales y la historia de España. También del miedo que me doy a mí misma cuando me enfado y me hierve la sangre. He mandado mensajes que quizás no debería haber mandado, pero lo último que pienso hacer en esta vida es callarme. Callar es morir. No me gusta ver cómo la gente vive equivocada. Por eso a veces me meto donde no me llaman y me quedo tan agusto. 

Dejo que me conozca todo el mundo para que puedan criticarme con más facilidad. 


En definitiva, me quiero a mí conmigo. 

No he cambiado nada, sigo siendo la misma, solo que un poco más morena. 

jueves, 13 de julio de 2017

Jusqu'au port.

Supongo que después de todo ya es hora de volver a arreglarme para salir, de ponerme guapa para mí.

Siempre he sido muy de huir de los problemas, de alejarme de ellos y no tocarlos en un tiempo hasta que estoy preparada para volver y solucionarlos. Sé de sobra lo que echo de menos y lo que no, y eso es un gran paso.

Creo que al final todo sale bien, eso no significa que salga todo como queramos, pero am Ende Klappt es gut. De todo se sale. 
Creo en el karma y por muy absurdo que suene, creo en él de verdad. Como la gente católica que cree en Dios o los musulmanes que creen en Alá. 
También creo en la gente que te hace reirte con chistes malos, con bailecitos ridículos y con mensajes de whatsapp. Pero sobretodo creo en la gente que te conoce, conoce tus miedos, y aún así se queda. 

No soy de hierro, no soy de esas personas a las que le rompen el corazón y dejan de creer en el amor y en la vida; ahora ya no. Supongo que tener 17 años es un factor importante. Sí que es cierto que me tomé fatal que una de las personas a las que más he querido, y me han querido, me hiciese tanto daño. A lo mejor porque nunca pensé que sería capaz de hacérmelo. A veces depositamos tanta confianza y cariño en alguien que cuando se va es como si parte de nosotros se hubiera ido. Y tardas mucho en recuperarla, yo por lo menos. No tengo ningún reparo en decir que las cosas no salieron como yo quería, que me han jodido viva y muerta. 

Ahora tengo experiencia, he aprendido de mis errores. Me he sabido criticar como nadie lo ha hecho nunca. Y he utilizado mis propias críticas para pulirme como persona. Mis errores no han sido enamorarme o confiar en alguien, que va, mi error fue no asumir la realidad (ni las vueltas de la vida en sí). Ahora ya sé que todo puede salir mal o peor, pero siempre merece la pena intentarlo. Por cada cosa que yo hice mal, también hice diecinueve bien o mejor. Y al igual que cuando perdí a mi hermana me arrpentí de todos mis enfados, celos y reproches; ahora de alguna manera u otra también. 
La mejor manera de darte cuenta de que ha pasado la tormenta es ver salir al Sol. Es poder seguir las redes sociales sin miedo a lo que te vas a encontrar, sin miedo a ver la vida de los demás porque es su vida y no la tuya. Es volver a mantener una conversación de más de 15 min con alguien. Es volver a apostar, aunque sea poco; como un ludópata que recae. Es vicio, virtud y constancia. Es saber que alguien ha vuelto a despertar el ansia de coger el móvil para leer un whatsapp o dos. Es tener ganas y es algo bonito, gracioso y cómodo; como las camas del Ikea que están para probarlas. Es tener la certeza de que alguien te piensa mientras mira por la ventana de un autobús/coche con los auriculares puestos. Es simplemente darte cuenta de que todos merecemos una segunda oportunidad, sobre todo nosotros mismos. Es tener la habilidad de quedarte con lo bueno a pesar de todo y no dejar que lo malo te entierre nunca. 

Os mando mil besos y achuchones desde aquí, de veras

miércoles, 5 de julio de 2017

Pissed off.

Hazlo fácil. 

Seguramente tú no sientas nada de lo que siento. Ni tú ni nadie.
No quiero que sientan pena por mi. No necesito un hombro para llorar, necesito veinte.

Es como si cogieses una navaja y me cortases tú mismo las venas a tu gusto, pero siempre en horizontal porque sabes que si me las cortaras en vertical moriría casi al instante y tú lo que quieres es ver como me pudro poco a poco. Pues ven a pudrirte conmigo, como dice Prefijo 91. Esa canción me flipa desde que me la enseñaste. 
Después de todo lo que te he querido, me has querido, nos hemos querido. Estás partiéndome uno a uno los 210 huesos de mi cuerpo. Párteme de una vez la cabeza para dejar de tener tu imagen caricaturada. 
Ya no quiero curarme porque cada vez que lo hago vienes y me abres las heridas a base de golpes. Todo mi esfuerzo es vano.
Sangro más que nunca y estás usando mi sangre para emborracharte con otra. Es buena mezcla para el Brugal, pero échale hielo al cubata porque a diferencia de ti, yo soy de sangre caliente.

Te miro y tiemblo, pero ya no sé si de pena o de miedo. Veo tus fotos y pienso en qué será de ti. Si de verdad me quieres, la quieres o te quieres. Me hago muchas preguntas y no soy capaz de responderme ninguna. Me entristece ver cómo dejo de conocerte poco a poco. Todo lo que había esnifado en tu cuello ha dejado de hacerme efecto y ahora estoy cuerda y con ansiedad.
Esto es un simple proceso de rehabilitación y desintoxicación.

Te he tenido todo el respeto del mundo, te he dicho siempre la verdad y nunca quise hacerte daño.
Todo sería más fácil si te matase de un tiro con una bala que llevase mi nombre grabado. Para que supieses que de amor no se muere, pero de pena sí. Mataría dos pájaros de un tiro.
Pero tengo tantas ganas de matarte como de cumplir los 18 fuera de un centro de menores.

Si siguiese la obra de Freud para interpretar mis sueños, me iba yo solita a un psiquiátrico. Pero voy a esperar a tener insomnio real, no Netflix.
Todavía duermo tranquila. Yo todavía no soy responsable de la pena de nadie y eso me consuela. Yo a ti nunca te he hecho daño, tú no sabes lo que es el dolor. Hubo cosas que te picaron y te rascaste sin problema. Pero yo he estado a punto de enterrarme en vida para no ver la tuya.

No me pidas perdón, no eres culpable de todo esto. La culpa es mía por escribir.
Las personas no cambiamos nunca, ni yo voy a dejar de escribir, ni tú vas a encontrarte nunca.
Te pido perdón por despedirme de esta forma tan fea ahora que me voy del país un tiempo. Me hubiese gustado más escribir sobre el World Pride o los incendios en Doñana.
Pero no me han dejado. 

viernes, 30 de junio de 2017

Jarabe para la tos.

Dije cosas sin sentido,
cosas de las que me arrepiento.
Dije cosas sin motivo,
cosas que en realidad no siento.

Quería quedar contigo y demostrarte mi arrepentimiento,
arreglar lo sucedido,
pero es que nunca encontré el momento.

-Jarabe de Palo.-

Y ahora qué.

Yo nunca he sabido curarme, he curado heridas a mis amigas pero conmigo misma siempre he sido bastante torpe. A lo mejor porque me pillaban en mal sitio.
Ahora he encontrado a alguien que aunque no me las cure, hace que a veces me olvide bastante de ellas. Nunca me ha preguntado cómo me las hice, pero sabe que me duelen. Además no le importa que de ellas salgan la mayoría de mis palabras. Y eso para mi es algo muy grande.

He cantado por la calle, rodado por las escaleras de mi casa y he hecho la comida durante dos días seguidos.
He llorado de tristeza en la ducha y me he secado las lágrimas con la esponja con la que me froto el cuerpo.
He corrido en el metro de Madrid para no perder el último método de llegar a casa.
He hecho el amor en España, en Portugal, en Narnia y hasta en Hogwarts, y no me ha importado nunca quién estaba detrás de la puerta o las paredes escuchando.
He vomitado mentiras, golpes y hasta la última gota de saliva que te dejaste dentro de mí. 
He bailado en frente del espejo cuando pensaba que no podía levantarme de la silla y dejar de teclear tu nombre en el portátil.
He escuchado el disco de los Beatles en vinilo más de tres veces seguidas y sigo sin cansarme. 

Y ahora que ya he hecho todo esto, ¿qué más puedo hacer?
Te lo creas o no, fue un golpe muy duro descubrir que la vida también sigue sin ti. -BV.
El suelo de tu calle es lava y por eso ya no paso por ahí. Y ahora que no paso por tu calle la ciudad se me ha hecho más pequeña.
Ahora he encontrado algo de compañía en alguien que pierde el autobús para venir a verme, pero siempre llega. Alguien que escucha revolución y algo de trap. Y ahora que me había acostumbrado a leerme libros enteros en una noche sin interrupciones, viene alguien a decirme que su libro es mejor que el mío y que C. Tangana es peor que los Chikos del Maiz.
Y ahora qué. Que el viento sopla de nuevo y a saber dónde me lleva. Tampoco me preocupa el destino, ya estoy curá de espanto.

Ego
miedo
orgullo
inseguro por todo lo que pasó. 




Dije cosas que maldigo
fuera de lugar, fuera de tiempo.
Cosas que me han confundido.
Por las que aun puedo pedir perdón.
Quise darme por vencida pero se me fue la voz
.

-Jarabe de Palo.- 

sábado, 24 de junio de 2017

Yo nunca.

Drunk in Love - Beyoncé.

Yo paso de la tumba llena de orquídeas,
to' lo que te quise te lo dije mucho antes.

Yo nunca me he emborrachado para decir la verdad, tampoco he dejado nunca el vaso de lado para volver a mentir.
Yo nunca he pensado que la vida es como el mar, que todo lo que se lleva lo acaba trayendo de vuelta la corriente.
Yo nunca he creído en la magia, ni en la de las cartas ni en la de una mirada en medio de una fiesta.
Yo nunca he llorado escuchando Dellafuente ni Extremoduro, mucho menos La Fuga.


Solo quiero que tu mires como ahora que nos vemos
llenos de mala agonía recordando tiempos buenos,
suena muy agresivo
decir que no te quiero.

He llorado más con mi lista de reproducción que mi mejor amiga con Teen Wolf.
He intentado esquivar canciones que me ahogaban como un tsunami arrasando con todo, pero el problema de la música es que hay canciones que nunca pasarán de moda.


Y amanecer contigo y ya esta,
eso es mejor que ganar una subasta.
Con que poquito me basta,
con que poquito me encanta.

Al fin y al cabo yo nunca le puse nombre a las canciones, el nombre se lo ponen sus autores. Pero aunque el nombre venga de fábrica, el sentimiento es solo tuyo.
Me muevo desde el indie español hasta el trap, pasando por el rap de Kase O. y el Jazz de Amy Winehouse.


Perdona por no tener un ático,
por haber hecho que te vayas mu' rápido.

Creo que no hay nada más bonito que sonreír por la calle cuando vas escuchando alguna canción que te trae buenos recuerdos.
Durante estos últimos meses he intentado renovar mis playlists, he intentado cambiar canciones, he borrado muchas de ellas y he añadido otras; pero hay canciones que son perennes como las hojas que no se caen de los árboles en invierno.

Tus palabras llevan veneno lento
que hacen que me vuelva a enamorar.
Y veo que se acerca un escarmiento,
a punto de perder una vez más.

He mezclado canciones con la vida real, también vodka y tequila. Y así he acabado. Sacando temas que pensé que no iba a sacar nunca porque realmente no me importan una mierda de vuelta a casa. Creo en el sexo casual y el amor libre. Creo en muchas cosas y confío en la gente. Yo no grito cuando discuto y tampoco se me da bien defender mi postura (tampoco me importa cuando sé que tengo la razón).
A veces no tengo ni idea de lo que quiero, me contradigo cuando digo que sería incapaz de compartir un corazón pero creo en el amor liberal, claro que en mi vida solo me ha importado uno.
Ayer me perdí dos veces volviendo a casa. Pero al final siempre lo encuentras, a veces necesitas más o menos tiempo, pero siempre acabas llegando a casa.
Espero con toda mi alma que toda esta lluvia (sí, a finales de junio está lloviendo en Madrid) me quite el espesor que tengo en la cabeza, porque ya no sé si es la resaca de ayer o algo permanente.
No voy a volver hasta que vuelva el Sol porque el frío nunca me ha gustado, ni si quiera el del aire acondicionado. No hay nada mejor que el calor.
Me prometí a mi misma hace meses que si alguna vez volvía a atarme a algo, sería a un faro para poder guiar a los barcos perdidos. Pero nunca  más a un mástil sin rumbo.



Sueña que sueña con ella.

martes, 13 de junio de 2017

Replay

"Mi rabia tiene un nombre, un por qué, una causa
yo soy el hombre, que pone los peros, el aura."
-Ayax-

Casi tres meses después de que besases a otra yo sigo sin creerme que no me quisieras o que a día de hoy no me pienses de vez en cuando.
A ver como te explico que sigo buscando por casa todas las cosas que hice mal para que te fueras sin avisar, y no las encuentro por ninguna parte. Hasta he llamado a mi madre para que las busque y nada, ni ella las encuentra.
Quizás porque no hubo.
Pero si hay algo que me duele por encima de todo es que después de lo que pasó no tuviste ningún interés en saber de mi, eso no se me pasó por la cabeza nunca. Ni un mensaje, ni una llamada, ni nada.
Y si por algo te guardo tanto rencor es simplemente eso.
Hoy es martes 13 y me la suda con quien meriendes los domingos. Te he imaginado tantas veces en la cama con ella que podríais colgar un vídeo en Pornhub o Redtube. He sacado en todos mis exámenes finales más de un 8 y eso es gracias a vosotros, a ver quién levantaba la cabeza de los apuntes teniéndoos en frente tan cuquis en la sala de estudios.
Mi madre me ponía unas caritas de "lo siento por ti" increíbles
cuando llegaba a casa de estudiar por la noche y se lo contaba.
Me he dado cuenta de que la soledad no es tan mala como dicen porque tarde o temprano se acaba. Ahora soy como una niña pequeña que sale sola a la calle por primera vez, tengo miedo, no me conozco las calles y tampoco estoy acostumbrada al ruido metropolitano.
Me asusto con todo y todo me asusta.
En fin, sigo teniendo la esperanza de que algún día me llames para gritarme que soy la peor ex que has tenido nunca y que estoy loca (como todas). Algún día espero que me escribas para tomar un café y contarme que desde que no estoy en tu vida respiras mejor. Pronto espero que me mandes una foto por Snapchat con ella.
Lo bueno de haber tocado fondo es que he hecho amigos ahí debajo.
Si algo tengo claro es que yo nunca te habría abandonado después de apuñalarte y eso me consuela.
Y que después de haberme hecho polvo a posta todavía sonrío cuando veo tu coche aparcado en la calle.
Llámame, aunque sea para destrozarme del todo, pero llámame.

jueves, 1 de junio de 2017

Mala mujer.

Sé que valgo la pena.

Ya casi no me acuerdo de por qué no te hablo o por qué no quiero que me mires ni a la cara.
Pero hay veces que las redes sociales me recuerdan que aquello que yo criticaba y que tanto odiaba era lo que tú hacías. Voy a seguir recordándome día y noche que el único que ha salido perdiendo aquí eres tú. Y voy a seguir recordándote que yo valía la pena.

No quiero dejarte en paz, ni quiero dejar correr el agua. Porque no me da la gana, porque no me sale de la terminación nerviosa más potente de mi aparato reproductor femenino. No tengo nada que perdonarte, pero tampoco tengo nada por lo que volver a mirarte a la cara. No te das cuenta de que todo a lo que tenías miedo te está enterrando en una tumba que tú mismo cavaste. Me pone triste pensar que piensas que estás mejor sin mi. Yo valía la pena, la tristeza y todas las lágrimas que te saqué.

Aquello a lo que tanto aprecio tenías ha acabado por coger un ordenador, una mirada, y dispararte sin pudor desde ya unos meses, algo hiciste mal compi. No te mereces ni una sola palabra de cortesía, mucho menos de cariño. Porque cuando yo las necesitaba tú te fuiste con la misma rapidez con la que el Barça remontó contra el PSG en octavos. Huyo de ti como quien huye de un volcán en erupción. La Champions iba a ser del Barça, pero no pudo ser. Hubiese sido demasiado histórica para el club.

Sé de sobra que tú eres de no tragar las críticas ni los comentarios de nadie, a ti lo que digan los demás sobre ti te da igual porque como tú decías "mientras nosotros sepamos lo que hay, los demás que digan lo que quieran". Pero es que yo no soy los demás. Y aunque lo sea, me da exactamente igual que no te afecten mis letras, ya no hago las cosas por ti. Hago las cosas por mi, escribo por mi. Y eso me llena de orgullo.

Me dejaste morir y no te importó absolutamente nada (como una puta piedra en la orilla con la que chocan las olas pero no se inmuta) y ahora no vas a venir de inocente. Como si todavía tuvieses algún interés por mi vida. Te enteras de lo que yo quiero que te enteres. Controlo mi vida como si fuese un videojuego y no voy a dejarte reiniciar la partida antes de que pierdas.
Preferirías que los golpes fueran físicos, pero yo prefiero los psicológicos.

viernes, 26 de mayo de 2017

Avant qu'elle parte

No más ojalás.

Ojalá supieseis que es verdad eso de que una vez has perdido la confianza, no se vuelve a recuperar.
Ojalá supieseis que lo mismo que a ti te mata a otros les revive.

Ojalá supieseis que la música une más a la gente que la sangre.
Ojalá supieseis que leer es vivir otra vida diferente en otro cuerpo con otras palabras.

Ojalá supieseis que si estudio tantos idiomas es porque quiero salir y visitar el mundo, y no sentirme incomunicada,
Ojalá supieseis que el lenguaje posibilita el conocimiento.

Ojalá supieseis que nunca habéis tirado la toalla, tirar la toalla es dejar morir a alguien.
Ojalá supieseis que 13 Reasons Why es una serie que incita el suicidio y pregona el éxito post muerte.

Ojalá supieseis que soy una rencorosa porque no voy a perdonar que no me hayan pedido perdón.
Ojalá supieseis que si miro con cara de asco, es por no ahogarme en falsedad.

Ojalá supieseis que si me siento en la última fila de la sala de estudios es porque me gusta verlo todo desde lejos.
Ojalá supieseis que tomar el aire es sinónimo de querer huir para siempre pero hacerlo solo un rato.

Ojalá supieseis que no todo el esfuerzo tiene recompensa si esa recompensa depende de otra persona.
Ojalá supieseis que no soy mala con quien no ha sido malo conmigo.

Ojalá supieseis que Sexion D'Assaut está siendo la inspiración de todo esto.
Ojalá supieseis que encuentro la inspiración en canciones, bancos, calles y estaciones de metro.

Ojalá supieseis que prepararse para salir, a veces, habla más de repararse que de ponerse guapa.
Ojalá supieseis que nunca tenéis que arrepentiros de nada.

Ojalá supieseis quienes somos de verdad, para qué estamos hechos y el qué buscamos.
Ojalá supieseis que tengo 17 años y se me juzga como si tuviese 35.

Ojalá supieseis que se me ha colocado en la casilla de la cárcel del Monopoly y sigo sin poder jugar.
Ojalá supieseis que cuando me mandó por la casilla de salida cobré 200$

Ojalá supieseis que me encanta castigar y hacer sufrir a los que me castigaron y me hicieron sufrir.
Ojalá nunca sepáis lo que es tener que condenar a la misma persona por la que mataríais defendiendo.
Ojalá nunca sepáis lo que se siente cuando las personas que te hacen llorar de alegría un día te hacen llorar de tristeza.

Ojalá nunca sepáis lo que es no decir nada para no soltarlo todo.
Ojalá nunca sepáis lo que siento cuando pienso en lo que sentiría.
Ojalá supieseis ser felices sin necesidad de hacer infeliz a nadie.
Ojalá supieseis que para tener fortuna no hace falta arruinar a nadie.

Ojalá, de verdad.
Lo supieseis.

viernes, 19 de mayo de 2017

Como agua de Mayo.

Filosofías.

Como decía Kant en la insociable sociabilidad: no queremos relacionarnos, pero lo necesitamos. Estoy de acuerdo con Hobbes: "el hombre es un lobo para el hombre" y en realidad no sabemos nada los unos de los otros. Hume tenía razón: nosotros no conocemos las cosas en sí, sino que solo conocemos nuestras percepciones. Nada es totalmente cierto, solo son ideas e impresiones.

Últimamente estoy mejor, más feliz y más contenta. Poco a poco vuelvo a ser yo, pero poco a poco. Si alguna vez te has preguntado si volveré a mirarte a la cara o si podré volver a dirigirte la palabra: Le temps fera l'affaire. Tampoco voy a dejar de escribirte resentimiento y pena. A ti te da exactamente igual, te la suda, y a mi me ayuda a entender que estás mejor sin mí. No le estoy haciendo ningún mal a nadie.

Me sigo considerando buena persona, sigo creyendo que soy mejor que tú en muchos aspectos. Rebátete lo que quieras en tu silencio, di que yo hubiese hecho lo mismo, da media vuelta y vuélvete a dormir, que no te quite yo el sueño. Repítete a ti mismo que no me has perdido y que aunque lo hayas hecho, has ganado algo mejor. Consuélate y piensa que en un tiempo todo va a quedar en una anécdota de barrio.

Bad Bunny se diferencia de mi en que yo no canto trap. Por lo demás es bastante parecido. Bueno, yo ahora no soy peor; yo ahora soy mejor. Soy una obra de arte en restauración. Y estoy segura de que cuando vuelva a estar visible pagarán por verme en los museos.

Sé lo que escribo. Sé a quién disparo cada vez que lo hago. A veces me quejo de la democracia, a veces de la extrema derecha, otras de la corrupción... Otras simplemente del precio de los tacones de Manolo Blahnik.

No me analices, nosotros perdimos la guerra,
te contradices cuando dices que es tuya esta tierra.
Escupo angustia ante tu falta de interés mermado
no hay suficiente birra que haga olvidar su atentado.
No es buena época, ya nadie invierte en besos,
caricias bajan en picado, suben los excesos.
-Día Sexto.

martes, 9 de mayo de 2017

Flores.

Me tiro flores porque puedo.

Quiero escaparme del ayer,
pero no puedo desaparecer.
Ya no me siento con las ganas
de luchar por ti otra vez.

Yo no quiero perderme y olvidar tu sonrisa.
No volver a caerme por el suelo que pisas
y dejar de envolverme en el olor de tu brisa
que las ganas de verme se te fueron deprisa.
- Pepe & Dellafuente.

Mi nombre aparece más veces en bocas ajenas que veces se ha usado la fórmula de las ecuaciones de segundo grado para simplificar polinomios.
He escuchado comentarios sobre mí que me han quemado más de lo que el Monte Vesubio hizo con Pompeya.
He tenido más relaciones muerta que viva.
Sigmund Freud debería haber hecho experimentos conmigo, le daría la vuelta a sus Tres Ensayos sobre la Teoría Sexual. Un libro que me terminé de leer en francés hace dos días después de diez meses. Pobre Freud, se enterraría a él mismo si viese el valor que le damos al sexo.
Soy el prototipo de chica de Daniel Goleman. La inteligencia emocional consiste en pulir cada una de nuestras partes del cerebro. Y lo estoy haciendo tan bien que de aquí a que me termine su libro voy a parecer un diamante.
Quizás no me llegue la nota de corte para estudiar el doble grado, pero escribiré Tres Ensayos sobre la Gilipollez Humana. Y serán un éxito porque activaré palabra a palabra vuestro sistema límbico y la amígdala. Después publicaré la novela que escribí el verano pasado cuando estaba en Francia, la que habla de ti, y de mi, basada en hechos reales. Y se va a convertir en un Best Seller porque a la gente le gusta leer este tipo de historias que parecen de película. Tranquilo que mis pesadillas no saldrán, como he dicho ya está escrita y no la voy a retocar a estas alturas. "No toques el pasado" me dijiste, y lo voy a cumplir. Me falta el último capítulo, ese aún está sin escribir, pero voy a esperar a poder pasar página porque como lo escriba ahora mi personaje se corta las venas en vertical metida en la bañera y el tuyo muere de sobredosis de alegría en alguna discoteca del centro. Sería un poco injusto, ¿no crees?
Quien ríe último ríe mejor, y has reído tanto y tan bien que me has callado hasta los latidos. Ya sabes de lo que te hablo. Y me lo merezco sin duda, eso sí, deberías haberte esperado a que yo esa noche estuviese con otro...
Me ahogo de tanto sacar mierda del cajón, pero es que me está inundando la habitación y suficientemente sucia está ya como para que aparezcan por el suelo tus notas, tus posits y tus cartas. Porque no hay nada peor que dejar los te quiero por escrito.
Me reitero, escribo lo que me da la gana, cuando me da la gana y por el motivo que me de la gana. Pienso que no hay mejor bomba que la escritura. Y no hay peor castigo que la fama que no buscas.

Me gustaría ser tú para poder sentirme tan bien, y a la vez me gustaría ser yo para poder contestarme. Porque quien calla otorga, y tú siempre callas más de lo que hablas.
Me has convertido en ruina, y pienso lucirme hasta forrarme de oro, voy a tener tantos turistas como Grecia.

*Me gustaría mandar un mensaje a dos personas en concreto que me escribieron 
la semana pasada para decirme que se sentían identificadxs con lo que escribía últimamente.
Se me partió el corazón cuando lo leí. Espero que tengáis alguien o algo en lo que apoyaros,
y os agradezco con toda mi alma la valentía que tenéis para hacerme saber de qué manera
os llegan mis textos (ya sea Instagram, Tw, WhatsApp, o Snapchat).
Aquí al otro lado de la pantalla se reciben como abrazos llenos de satisfacción.*

martes, 2 de mayo de 2017

El rostro, las manos y el lenguaje.

Lo que me diré cuando me vuelva a ver.

Después de leerme la última novela de Albert Espinosa en tres días, he de decir que nunca aprenderé más de lo que aprendo leyendo.

La vida te enseña pero no te explica.

[Mi abuelo decía que había muchas formas de tomarse la vida y que esas formas estaban en el rostro, en las manos y en el lenguaje. Que él podía distinguirlas. Decía que yo desprendía alegría cuando entraba por la puerta, que mis manos iban a hacer grandes cosas y que si no dijese tantas "palabras malsonantes" (como él las llamaba) podría ser política y engañarles a todos. Me hacía gracia porque me lo dijo hace diez años y el día en que murió me vinieron tan textuales, tan cercanas que parecía que me las estaba susurrando en el oído.
Diez años más tarde aún es pronto para decir que tenía razón, los abuelos tienen esa capacidad de ver más allá incluso de lo que dicen tus ojos. Él fue el primero que me dijo que no iba a ser una gran arquitecta como mi padre, pero que siguiese leyendo. Me dijo que nunca iba a ser la suplente de mi hermana, porque las personas no podemos suplantar a otras personas.]

La vida no deja de ser un camino en el que cada persona camina a diferente velocidad, con diferentes motivaciones. Donde cada uno se para a observar diferentes acantilados, quizás por las vistas, o quizás para elegir un buen sitio por el que tirarse. Donde el final no es más que la muerte. No esperes que la vida te de algo que no sea la muerte. Al fin y al cabo la mortalidad es lo mejor que nos puede pasar. No hagas planes de futuro si no quieres desilusionarte. Creo en el destino, pero el destino no es un trabajo o una familia.
A veces encontramos baches, otras veces montañas, pero también valles, vallas y agujeros. Esto no es la M-30 ni la carretera de Burgos. Aquí hay curvas de verdad y más de mil salidas que no llevan a centros comerciales o polígonos industriales.

Cuidado. El rostro, las manos y el lenguaje no se forman a partir del camino que recorremos. Creo que es justo al revés, según como sean nuestro rostro, nuestras manos y nuestro lenguaje, vamos a recorrerlo de una manera u otra. Es decir, la vida no nos hace, nosotros hacemos la vida. Y la vida es de todo menos predecible.

Cuando me vuelva a ver (cuando me encuentre), me diré a mí misma que no me canse nunca de vivir, porque el cansancio es la muerte. Que rectificar no es de sabios, pero es de humanos. Que no tenga miedo a las curvas porque siempre he sido de llevar el cinturón bien puesto. Pero sobre todo: que sienta. Que sienta el dolor, la tristeza, la pena, la alegría, la felicidad, el amor, la ansiedad, los nervios... Y que no intente controlarlos como llevo haciendo toda la vida.