Sí, me quito todos y cada uno de los pelos que no me gustan sobre mi piel. Me maquillo y me cuido hasta puntos extremos. Y no por ello soy menos feminista. Tampoco me considero esclava del patriarcado. Me siento oprimida por el machismo cada vez que veo estadísticas sobre los sueldos femeninos y los masculinos, por ejemplo.
Sí, me encanta salir por la noche y volver a las tantas. Cuando salgo de fiesta me encanta bailar, de forma estúpida y también sensual. Siempre preferiré el reggaetón antes que el techno. Perreo, y no porque quiera ponértela dura (que igual también), pero lo hago porque me gusta, porque me gusta A MÍ.
Sí, yo soy de las que grito por la calle a los tíos que están buenos y además sin ningún reparo. Tampoco me molesta que me griten piropos por la calle, yo siempre contesto y siempre de buen rollito. A mí no me parece una falta de respeto. Repito, A MÍ.
No todas tenemos por qué pensar igual, lo que yo diga o haga me hace referencia a mí. No generalicéis, lo que me gusta a mí puede que mi amiga lo deteste. Y eso pasa con todo, no todas las mujeres somos así y no por ello son mejores, tampoco peores. Son mujeres, porque al fin y al cabo es lo que somos todas. E independientemente de nuestras ideologías, creencias, gustos o aficiones, debes respetarnos.
Pero tampoco sé qué es lo que espero de un país en el que hace 1 año y cuatro meses violaron a una mujer entre 5 hombres y esos 5 hombres aún no están pudriéndose en la cárcel. Donde hay 44 mujeres muertas por violencia de género en lo que va de año. Donde creen al hombre antes que a la mujer, aunque te estés jugando a tus dos hijos, es decir, tu vida. Donde no hacemos nada por mujeres de otros países como China, La India, Marruecos... Un país en el que insultamos a la piba que está ahora con nuestro ex, porque cómo va a ser culpa de él, nono, es culpa de ella por ser una
Día contra la violencia de género. |
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