jueves, 1 de junio de 2017

Mala mujer.

Sé que valgo la pena.

Ya casi no me acuerdo de por qué no te hablo o por qué no quiero que me mires ni a la cara.
Pero hay veces que las redes sociales me recuerdan que aquello que yo criticaba y que tanto odiaba era lo que tú hacías. Voy a seguir recordándome día y noche que el único que ha salido perdiendo aquí eres tú. Y voy a seguir recordándote que yo valía la pena.

No quiero dejarte en paz, ni quiero dejar correr el agua. Porque no me da la gana, porque no me sale de la terminación nerviosa más potente de mi aparato reproductor femenino. No tengo nada que perdonarte, pero tampoco tengo nada por lo que volver a mirarte a la cara. No te das cuenta de que todo a lo que tenías miedo te está enterrando en una tumba que tú mismo cavaste. Me pone triste pensar que piensas que estás mejor sin mi. Yo valía la pena, la tristeza y todas las lágrimas que te saqué.

Aquello a lo que tanto aprecio tenías ha acabado por coger un ordenador, una mirada, y dispararte sin pudor desde ya unos meses, algo hiciste mal compi. No te mereces ni una sola palabra de cortesía, mucho menos de cariño. Porque cuando yo las necesitaba tú te fuiste con la misma rapidez con la que el Barça remontó contra el PSG en octavos. Huyo de ti como quien huye de un volcán en erupción. La Champions iba a ser del Barça, pero no pudo ser. Hubiese sido demasiado histórica para el club.

Sé de sobra que tú eres de no tragar las críticas ni los comentarios de nadie, a ti lo que digan los demás sobre ti te da igual porque como tú decías "mientras nosotros sepamos lo que hay, los demás que digan lo que quieran". Pero es que yo no soy los demás. Y aunque lo sea, me da exactamente igual que no te afecten mis letras, ya no hago las cosas por ti. Hago las cosas por mi, escribo por mi. Y eso me llena de orgullo.

Me dejaste morir y no te importó absolutamente nada (como una puta piedra en la orilla con la que chocan las olas pero no se inmuta) y ahora no vas a venir de inocente. Como si todavía tuvieses algún interés por mi vida. Te enteras de lo que yo quiero que te enteres. Controlo mi vida como si fuese un videojuego y no voy a dejarte reiniciar la partida antes de que pierdas.
Preferirías que los golpes fueran físicos, pero yo prefiero los psicológicos.

4 comentarios:

  1. Me encantan tus escritos corazón, sigue así crack!

    ResponderEliminar
  2. No sabes cuánto puedo llegar a comprenderte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que no te sientas identificada con todo lo que escribo, no se lo deseo a nadie en verdad.

      Eliminar