lunes, 19 de diciembre de 2016

Propósitos.


Nos ahorramos los malos tragos de los sábados de imaginarnos con otros al lado, de no extrañarnos más de lo que podemos soportarnos, de odiarnos por dar demasiada importancia a lo que hablamos. Pero queremos que pase para que nunca más nos pasemos de largo. - Iago De La Campa.


Esto no es una carta de amor.

[Suena "To build a home" de fondo mientras escribo, qué canción más bonita.]

Y claro que volveré a salir de fiesta, a bailar como si no hubiese un mañana encima de alguna tarima mal fregada. 
Y volveré a echarte de menos cuando suene alguna canción que lleve tu nombre escondido entre las lineas de la letra.
No sé, a veces pienso que te quise demasiado. Que ahora no soy capaz de pasar página porque doblé la esquinita de todas aquellas que me recordaban a ti, y no queda esquina que no haya doblado. 
Y claro que volveré a las rondas de chupitos en bucle hasta que no me acuerde ni de por qué estoy bailando a las tres de la mañana con un desconocido.
Y claro que me encantaría llamarte para que fueras tú quien me sacase a bailar, porque aunque me saques treinta centímetros, a mí se me da que te cagas bailar de puntillas.
A mí ya no me importa en qué caderas distintas a las mías apoyes tus manos, yo te conozco, y a mí no me engañas. No me lo tengo muy creído, creo en mí; que es muy distinto.
Y sé que lo mejor no siempre es lo que más gusta. 

En fin, que hay cosas a las que todavía no me acostumbro, y dudo que algún día lo haga.
Todo vuelve, nunca lo olvides. Pero quién sabe, quizás esta vez ya no sea yo, o tal vez no seas tú.


Poco se habla de los cerezos cuando no están en flor, 
se nos olvida que siguen siendo cerezos.


No siempre tú te ves como los demás te ven a ti,
y eso,
a veces,
es una gran ventaja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario