domingo, 27 de noviembre de 2016

Femme Fatale.

Defiéndete.

"Existe un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre
y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer".
Pitágoras.

Por ese "Si vienes tan tarde no vengas sola, que te acompañe alguien" de mi padre cuando salgo de fiesta. Por los "hija que guapa vas, muy diva como siempre; pero bájate la falda" de mi madre.
Ya ni tus padres se fían, qué bien. Como me duele y me revienta que piensen que la culpa de que me pueda o no pasar algo malo sean yo y mi forma de vestir. No educan a un hijo a no violar o guardarse sus malditos comentarios ofensivos, sino a sus hijas a taparse; en ese sentido discrepo en la educación de muchos padres. Por suerte (o por desgracia) tengo conciencia y uso de razón y no soy obediente en esos casos. Creo que a mis padres les he soltado más charlas sobre el acoso y el feminismo que las que Clara Campoamor tuvo que dar para conseguir el voto femenino en España. Y creo que poco a poco lo he conseguido, me gusta mi forma de pensar, no voy a cambiarla.

Por la cantidad de veces que no nos miran a los ojos con la escusa de "es que con ese escote, es inevitable". Por cada vez que me han tocado el culo en una discoteca/fiesta/cualquier sitio. Por descubrir lo rápido que puedo llegar a andar en tacones cuando viene un hombre detrás mía. Por ese coche que se paró en Gandía saliendo de una discoteca para llamarme 'prostituta' y seguidamente invitarme a subir. Por el otro tío que me cogió del brazo y no me quiso soltar. Por los "a saber que habrías hecho para que te llamase puta" o "deja de acercarte a tanto hombre verás como no te agarran".
Es de locos, pero al final terminé por creerme que la culpa era mía. Así es, tengo yo la culpa de vuestras increíbles faltas de respeto con dos copas de más, o sin ellas.

Por la mujer que se paró en plena Rue Jules Ferry de Montpellier a decirme que me bajase los pantalones con sus hijas pequeñas sentadas atrás.
Ya no os hablo del feminismo, ni vengo a daros lecciones feministas; os hablo del respeto. Un respeto que escasea en muchas ocasiones.

Un hombre se ve obligado a defender a una mujer en una situación de golpes, lo que llamamos 'pelea'. Pero una a una mujer nunca en la vida se le ha pasado ponerse delante de un hombre para defenderle. ¿Por qué? ¿Por qué creéis que no podemos ser capaces de defenderos? Y lo que es peor ¿por qué os hemos creído tal mentira? ¿Tan inferiores nos veis?

Defendiendo ambas posturas, he de decir que no siempre somos víctimas, como mujer que soy, también creo que a veces las agresoras somos nosotras. A veces también somos malas con los hombres. Claro que os insultamos y claro que os pegamos. No somos santas, y el ser mujer no nos coloca el título de pacifista.
Seamos sinceras, más de una aquí ha ido de chula delante de un tío. Y ni hablemos de rechazo, se nos da que te cagas de bien dar calabazas, dar patadas, guantazos y gritar "cabrón" tan alto como se pueda. Ridiculizamos, sí. Tanto como vosotros.


El problema está en que a nosotras no se nos toma en serio.
El problema está en que los insultos masculinos se han convertido en halagos.
El problema está en que os da igual que os peguemos porque nunca vais a mostrar dolor, ni aunque os lo hagamos.
"El problema está en que tenéis tetas" como vosotros. Y culo, como vosotros.
El problema está en que las niñas tienen que ser bonitas y delicadas, y los niños fuertes y valientes.
Azul y rosa.

Para todas las mujeres que me lean, he de deciros que valemos mucho más de lo que nos hacen creer. Somos diferentes tanto física como psicológicamente, y eso nadie lo puede cambiar. Pero todos somos seres humanos, y no por no tener pene merecemos menos respeto.
Un beso enorme,
a hombres y mujeres
por igual.

"El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres".
Simone de Beavoir.

25 de Noviembre día internacional contra la violencia de género.

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