miércoles, 12 de octubre de 2016

die reine Wahrheit.

Αλήθεια (alétheia).


"¿Por qué no cambiaste?
¿Por qué dejaste que el tiempo desgastara todo lo que era importante?
[...]
A punto de gritar te quiero y te odio,
te olvido y te pienso." -VAHO-

-Alétheia significa verdad en griego.-

No os hacéis una idea de lo que es pasar páginas en las que tienes todo subrayado y apuntes en los márgenes. Y digo pasar porque aunque lo mejor sería arrancarlas, no he sido capaz.
Ni lo seré. No del todo.
Tampoco sabéis lo que es saberlo todo, y preferir no saber nada. Mensajes que ojalá y no hubiesen llegado a mi móvil. Mensajes que dicen la verdad. Pero, ¿quién quiere saber la verdad cuando se está bien en la mentira?

Mensajes de "Tía te tengo que contar, ¿sabes lo que pasó anoche?" un domingo por la tarde. Y respuestas que en verdad eran un "Sí, creo que sí; y vivo bien sin saberlo, no hace falta que me lo digas" y que terminaron siendo un "Cuéntame rubia". Mi subconsciente me la jugó.  

Todos lo sabíamos. Era previsible. Pero supongo que fue como esos exámenes que te salen horriblemente mal y sabes que vas a suspender pero en el fondo rezas para que ocurra un milagro y llegues al cinco. Eso me pasó a mí. Se veía venir, eran cosas del destino, pero siempre lo esquivaba.
Hasta que aparece alguien que te muestra la verdad, y ya no puedes huir de ella.

Aún así,
no tenía pensado irme.
Irse significa desconocerse,
significa dejar de verte, oírte y sentirte.
Dejar de lado la mejor parte de mí
que sigue en cuerpo ajeno.

El día que eso ocurra,
quizás el Sol ya no sea una energía renovable,
los coches no se alimentarán de petróleo;
o quizás sepamos cuántos lunares han heredado tus hijos.

El día que eso ocurra,
yo ya no seré yo.
Seré esa parte que quedó de mí
después de haber hecho un puzle en el que mis piezas no encajaban.
Ese barquito chiquitito que no sabía navegar
ni por el río, ni por el mar.

Aún así,
no tenía pensado olvidarte.
Olvidar es de valientes,
y yo en estos casos nunca no lo soy.
Las cosas importantes no se olvidan ni queriendo
porque en su día se grabaron sobre la piel
a fuego. Lento.

Y si algún día el que decide marcharse
eres tú,
me gustaría pedirte que
me devolvieses algo de confianza y
me gustaría decirte que
me echarías de menos,
nos echarías de menos.

Todos los planes que teníamos pensados, tíralos
(si no los haces conmigo, que no sean con nadie).
Los viajes quédatelos, son tan maravillosos
que no quiero ser egoísta.
Mejor tarde que nunca.
Y mejor con alguien que te haga feliz, aunque no sea yo.

Te quiero, creo que eso ya lo sabes. Eres tan verdad y tan mentira a la vez que no sé que hacer. Entonces es cuando me dejo llevar (últimamente lo recomienda todo el mundo). Y ya sabes que dejarse llevar dicho por mí es caminar hacia ti. Hacia ese lugar geométrico en el que todo encaja y es matemático, filosófico, político, literario, biológico, químico (y físico), pero sobre todo: artístico. Y esa es la única verdad que firmo.
Existen varios tipos de verdad, y esta es la mía.

"Nunca supimos dejar de confiar en promesas.
Fuiste la más bonita causante de ojeras.
Hoy eres letra, pudiendo haber sido mi estrella"
-VAHO-

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