lunes, 19 de septiembre de 2016

Terapias.

Querida conciencia:

Le he cogido un miedo increíble a los comienzos, a las copas de más y a los besos robados. 
Julio y Agosto fueron una locura, he de confesarlo. No me arrepiento de nada, pero tampoco estoy orgullosa. Noches de copas, besos y manos que daban frío y no calor. 
Septiembre nos hace volver a la realidad, cambiar de peinado, y de horario.
A veces trae personas nuevas, nuevas mentes que te hacen cuestionarte.
El verano se acaba y vuelve el frío. Vuelve la lluvia, los días cortos, y las noches largas.
He vuelto a todas mis costumbres. He vuelto a todo; menos a quererle en público, ahora me lo guardo en lo hondo. Y quieras que no te afecta, estoy jugando con la ilusión de terceras personas y eso no te gusta.
Aunque tampoco me duele tanto, amar no es querer mucho (estáis muy equivocados con ese concepto), amar significa anteponer la felicidad de la otra persona a la tuya por amor; y yo le amo no sabes cuánto. Tanto que me he creído mis propias mentiras para no hacerle (o hacerme) más daño. Me he repetido una y otra vez que ya no me quería, y que yo a él tampoco. -"Tengo que rehacer mi vida"- Me lo he aprendido como un temario, y ya me lo sé de memoria. Pero supongo que son como esas páginas de biología que me veía memorizar, me las aprendía al pie de la letra pero el día posterior al examen ni de los títulos me acordaba.
Siempre supe que esto terminaría pasando tarde o temprano, sabía que cuando nadie me atase a nada sería yo la que diese que hablar entre los corrillos del patio a la hora del recreo. A todos nos gusta cotillear sobre quién estuvo con este o con la otra el fin de semana. He vuelto a robar almohadas en casas ajenas. Eso sí, ahora me voy antes de dar los buenos días. Con lo que yo no contaba era con tenerte tan cargada, amiga conciencia. Pensaba que sería más fácil. Que eras un mito típico y falso, pero no. No puedo permitirme ser dos personas diferentes y callarme como un vegetal.
No puedo conocer a gente, no siento la necesidad de hacerlo. Pero sin embargo robo besos cuando me apetece y a quien me apetece sin pensar en nada, lo siento. No es que lo busque, pero me acaban encontrando casi siempre. Y el día siguiente si te he visto, no me acuerdo. Porque hay veces que un posit con una frase de esa canción te recuerda el por qué sigues en espera y no pasas de página.

Querida conciencia, no me odies mucho. Te escribo esta carta pidiéndote perdón. No tengo pensado cambiar mi forma de ser hasta que venga alguien que me encarrile de nuevo en las vías. Todos hemos descarrilado en algún momento, no es ningún pecado.

17 semanas sin ti:


Empecé a vivir
con una desconocida
que gritaba tu nombre
por las noches,
y que calmaba
con versos sordos
a la llegada del invierno. [...]

Vinieron entonces
los reproches,
los "te quiero"
-pero más a mí-,
el "te olvido pero te sueño",
ese "déjame ir, pero no te canses de volver".

Solo entonces entendí
que la única lucha perdida
es aquella en la que peleas
contigo mismo.

Me vi así
buscando en camas ajenas
cubrir ese hueco
esas horas de insomnios,
esas noches.

-Saray Alonso; "Cuando tú ya no".-










No hay comentarios:

Publicar un comentario