sábado, 25 de junio de 2016

El rescate.

CERO.

Tras un intento de salvavidas fallido, he conseguido rescatar ganas e inspiración para volver a intentar navegar. Esta vez he cogido los remos, nunca te fíes de un motor que algún día pueda quedarse sin gasolina en medio del océano. 
De momento os doy la bienvenida a mi nuevo trayecto. 
He rescatado también algo de lo que se hundió hace ya más de 70 días. Entre otras cosas he encontrado algo de tiempo libre, algo de poesía y muchas, pero que muchas ganas de escribir. He conseguido sacar a flote mis escritos y mis motivos. 
Hoy hace un año desde que mi mejor tripulante se marchó a un sitio mejor, y he de decir que no me extrañó para nada; este naufragio cada día es más caótico. 
Sigo sin dirección ni meta, sigo queriendo saber cuántas tormentas quedan y cuántas voy a ser capaz de aguantar. Dicen que el destino no importa sino que es el camino lo que realmente merece la pena. Pero, ¿cómo hacemos las personas para elegir caminos cuando ni si quiera sabemos dónde queremos llegar? Eso me pasa a mí constantemente, me muevo por impulsos y mi trayectoria ha tenido más cambios de dirección que una veleta y más curvas que Kim Kardashian. Y como no, hoy he decidido que vuelvo a empezar de cero, voy a borrarlo todo, voy a dejar que la próxima tormenta limpie la cubierta. 
Me gustaría que no tuvierais muy en cuenta la falta de censura en algunas ocasiones, el desorden, la suciedad, y el caos que se respira aquí dentro; todavía no me he deshecho de esa parte, está en proceso. 
Y por último una advertencia: mi barco está lleno de versos, The Beatles, amor propio, melancolía, desahogos y algo de feminismo. 

Bienvenida 2.0 

No hay comentarios:

Publicar un comentario